Documento original: http://www.eduteka.org/modulos/6/134/1153/1
Uno de los aspectos más controvertidos a la hora de debatir el papel de las TIC en la educación es si dicha tecnología sustituye o merma algunos de los procesos mentales que se intentan desarrollar en la escuela ya desde edades tempranas, como puede ser el pensamiento crítico. En este artículo se nos ofrecen dos puntos de vista, uno defendido por Alfred Thompson, quien considera que las TIC están acabando con el pensamiento crítico y otro en el lado opuesto, sostenido por Helen Crompton.
Aparentemente, parecen dos propuestas completamente opuestas, pero al analizarlas en profundidad comprobamos que ambos puntos de vista se complementan e incluso coinciden. Alfred Thompson no crítica especialmente a las TIC, sino a la metodología que se emplea en el aula. Si a pesar de incluir en las escuelas nuevos recursos tecnológicos seguimos manteniendo una metodología anticuada, cerrada y prohibitiva la educación no mejorará ni con herramientas tecnológicas ni sin ellas. Algo parecido a lo que defiende Helen Crompton que nos define las posibilidades que nos ofrecen las TIC en el aula pero coincide con Alfred Thompson en el importante papel que desempeña el profesor a la hora de adaptarlas al currículo y a la clase. Esta frase de Helen Crompton define la conclusión de ambos puntos de vista, y por supuesto también coincide con mi opinión: “Las TIC proveen las herramientas y la capacidad para mejorar activamente las habilidades para el pensamiento crítico. Pero para que esto sea efectivo, los educadores no podemos sentarnos pasivamente a esperar que las TIC lo haga todo por nosotros. Debemos integrarlas apropiadamente al currículo y enseñar a nuestros estudiantes a utilizar su pensamiento crítico mediante su utilización”.
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